¿Te pasa alguna vez que te dé cosa preguntar alguna cosa a alguien del trabajo? Si tu respuesta es sí, lee estas estrategias comunicativas y de Programación Neurolingüística porque te van a interesar.
Y es que puede parecer curioso, pero son todavía muchas las personas que se muestran reticentes a preguntar en su trabajo (así se trate de pedir consejo u opinión a un compañero o bien de obtener más información por parte de un jefe o un cliente).
De hecho es comprensible, puesto que como explica Heidi Grant Halvorson, directora asociada de la Columbia Business School’s Motivation Science Center, “Admitir que no has entendido o no comprendes algo que alguien ha dicho puede ser embarazoso.”.
Sin embargo, la sorpresa nos la da este artículo universitario de Alison Wood Brooks, Francesca Gino y Maurice E. Schweitzer. Estos académicos explican que según sus investigaciones cuando en el trabajo preguntas para pedir consejo sucede esto (el subrallado es nuestro):
“Cuando te piden consejo, tu percepción de que quien te lo está pidiendo es una persona competente aumenta. Sin embargo, este aumento de la percepción de su competencia sucede solo si te lo han pedido personalmente y no mediante una tercera persona. [En el estudio] La petición de consejo aumentó la autoconfianza del consejero, lo que a su vez resultó en un aumento de la percepción positiva del que pedía consejo. Estos resultados sugieren que siempre resulta satisfactorio que a uno le pidan consejo y ello hace que se vea de forma más positiva al buscador de consejo (es decir: “Ha sido inteligente de pedirme consejo porque yo soy inteligente.”)”.
Sabiendo esto, pedir consejo parece recomendable incluso para fortalecer las relaciones interpersonales y de confianza.
Aunque antes de pedir consejo es bueno tener en cuenta que te van a ver especialmente más competente si pides consejo:
- a alguien que sea un experto en el tema y
- si la tarea por la que lo pides es compleja
Y aunque no hay estudios sobre cómo influye el hecho de preguntar con mayor o menor frecuencia, este otro estudio remarca que es mejor no pedir consejo si te encuentras en estado de ansiedad, puesto que tal estado disminuye tu capacidad de discernir entre un buen y un mal consejo.
De hecho, la cuestión de fondo puede parecer hasta casi infantil, porque es evidente que si uno no pregunta hay cosas que no las puede saber.
Y según Marilee Adams, autora del libro Change Your Questions, Change Your Life: 10 Powerful Tools for Life and Work, lo importante a la hora de preguntar es la distinción entre las “preguntas del aprendiz” y las “preguntas del juzgador”. Veámoslas:
Otro tipo de preguntas que reportan beneficios son las del Meta Modelo de la PNL (Programación Neurolingüística). Dichas preguntas buscan ir de la información general a la específica. Por ejemplo:
“¿Qué exactamente?”
“¿Cómo exactamente?”
“¿Cuándo en concreto?”
“¿Quién concretamente?”
En resumen, siempre que uno no pregunte cuando está en estado de ansiedad y siempre que lo haga al estilo aprendiz, preguntar solo puede traerle beneficios.
——————————–
SGCE te ayuda a mejorar en tu carrera ofreciéndote talleres, cursos lingüísticos y recursos de gestión como el de este artículo y de Programación Neurolingüística. Contáctanos o suscríbete ahora a este newsletter y no te pierdas ni uno. ¡Avanza hacia una carrera brillante!